¿Cuánto Cuesta un Masajista?
Un masajista generalmente cobra entre $24.000 y $36.000 pesos por masaje. Varios factores pueden influir en el precio del servicio como el tipo de masaje, la duración del mismo, si es a domicilio, la experiencia del masajista, tu ubicación, la parte del cuerpo que se va a trabajar, la urgencia con la que requieras el masaje y si solicitas algún otro servicio adicional.
Los masajes pueden incluir movimientos corporales en distintas zonas del cuerpo, fricciones, percusiones, técnicas de relajación y el uso de implementos especiales para lograr los objetivos del masaje, que puede ser relajar a la persona, descontracturar sus músculos, ayudarla a reducir tallas, reducir el estrés, incrementar la flexibilidad del cliente, entre otros.
En Chile los masajistas suelen ser profesionales que han realizado cursos certificados o son especialistas en terapias alternativas y generalmente conocen a fondo la anatomía para poder hacer excelentes masajes. También acostumbran a tener diferentes habilidades y especializaciones en masajes específicos como el prenatal o el deportivo, dependiendo de la formación profesional que haya tenido cada masajista.
La forma cómo se realiza cada masaje depende de lo que se quiera lograr en la sesión, y esto está directamente relacionado al tipo de masaje que busca el cliente, como se mencionó anteriormente.
¿Qué hay en esta guía de precios?
- Factores de precio
- Tipos de Masajes
- Aspectos generales a considerar
- Perfil profesional del masajista
- Consejos profesionales
Factores de precio
Es posible que algunos masajistas cobren por hora, pero la mayoría suele tener precios fijos para cada tipo de masaje que ofrecen. Por lo general, toman en cuenta los factores mencionados al principio para calcular las tarifas, al igual que el costo de mantener sus herramientas de trabajo como el masajeador y las ventosas, entre otros aspectos.
Una sesión de masaje generalmente dura entre 40 y 90 minutos, pero esto puede variar dependiendo de si es un masaje completo o localizado. Lo ideal es preguntarle al masajista cuanto tiempo duran sus masajes y cuáles son los precios, de esta manera podrás escoger la opción que más se adapte a tu presupuesto.
Los masajes a domicilio normalmente son más caros que los que se realizan en el lugar de trabajo del masajista o en un spa. Esto se debe a que el masajista podría cobrar un recargo por los gastos del traslado (por ejemplo, posiblemente cobre entre $5.000 y $10.000 pesos adicionales).
Si buscas ahorrar al contratar a un masajista, puedes consultarle la diferencia de precios entre sus servicios a domicilio y los que ofrece en su lugar de trabajo, además de preguntarle si se pueden adquirir paquetes de masajes para posiblemente reducir el precio de cada sesión.
Tipos de Masajes
Generalmente, un masajista puede hacer diversos tipos de masajes, como el reductivo, el descontracturante, el prenatal, el deportivo y el relajante. Algunas descripciones generales de estos tipos de masajes son las siguientes:
- Masaje Deportivo: Un masajista deportivo ofrece servicios adaptados al tipo de deporte practicado. Los masajes pueden ser preparatorios, aumentando la circulación sanguínea y mejorando la elasticidad muscular antes de la competición; de recuperación, para aliviar tensiones y prevenir lesiones después del ejercicio; y de mantenimiento, como parte regular de la preparación para mantener tono muscular, proteger tendones y revisar articulaciones.
Estos masajes ayudan a la rehabilitación y tratamiento de lesiones músculo-esqueléticas después del evento deportivo. Es común que cuando persona hace ejercicios, se le exija mucho a la musculatura, por lo que es bueno relajar los músculos después de la competencia o deporte.
- Masaje Descontracturante: Los masajes descontracturantes son ideales para tratar dolencias musculares y evitar que se conviertan en lesiones más graves que pueden causarle dolor al cliente. En general, este masaje es más fuerte y enérgico que un masaje relajante, aparte de que trata zonas específicas que pueden estar afectadas por lesiones o molestias.
Aunque pueda generar cierta molestia debido a la presión aplicada, se ajusta según la tolerancia del cliente para evitar un malestar muy grande. Comúnmente, los masajes descontracturantes combinan diversas técnicas o estilos para lograr mejores resultados.
- Masaje Reductivo: El masaje reductivo es enérgico y focalizado, realizando movimientos rápidos y fuertes para eliminar grasa localizada, aumentar la circulación sanguínea y reducir el tejido adiposo, buscando efectos de reducción de medidas y estilización del cuerpo. A diferencia de masajes relajantes, estos no se orientan hacia la relajación o alivio del estrés, sino que se centran en objetivos estéticos intensos.
Complementariamente, se destaca que este tipo de masaje normalmente se combina con técnicas específicas, como el drenaje linfático manual, para la eliminación de toxinas y mejorar la apariencia de la piel, mejorando así los resultados estéticos deseados.
- Masaje Prenatal: El masaje prenatal, diseñado para mujeres embarazadas, busca relajar los músculos, aliviar dolores, mejorar la circulación y facilitar la movilidad. Los masajistas especializados consideran las circunstancias únicas del cuerpo gestante, aplicando técnicas como drenaje linfático y movimientos de masajes relajantes en áreas como brazos, piernas, estómago, espalda y rostro para brindar una experiencia agradable que se adapte a las necesidades de la cliente.
Adicionalmente, se destaca que este tipo de masaje puede contribuir a reducir la hinchazón y el malestar general asociado con el embarazo, dando un alivio general que beneficia tanto el bienestar físico como emocional de la futura madre.
- Masaje de Relajación: Estos masajes pueden ayudar a aliviar el estrés, relajar los músculos, tener más flexibilidad, identificar contracturas musculares, entre otros beneficios. El masaje de relajación normalmente se realiza en zonas como la espalda, las piernas o los brazos, pero también se puede hacer en la cara, el cuello, los hombros y los pies.
Aspectos generales a considerar
Antes de ir a hacerse un masaje, es indispensable estar limpio y no haber comido recientemente porque podría afectar la realización del masaje. Si bien es el masajista quien debe tener presente más aspectos previo a realizar un masaje, el cliente también debería tomar en cuenta ciertos elementos, considerando que el masajista va a trabajar directamente en el cuerpo.
Lo más seguro es que el masajista haya organizado el lugar de forma que el ambiente sea agradable y relajante, así que quizás utilice inciensos, velas aromáticas, música instrumental, entre otras cosas que favorezcan la relajación. Al terminar el masaje, puede que uno pueda quedarse acostado unos minutos antes de levantarse para disfrutar de la sensación de tranquilidad generada por el masaje.
Cuando a una persona le están haciendo un masaje, esta puede informarle al masajista cómo se siente con los movimientos que él realice, si desea más o menos presión en cierta área, si prefiere que los amasamientos sean más rápidos o lentos, entre otros aspectos.
Como los masajes no son tratamientos invasivos, es posible asistir a una sesión sin preocuparse por cuidados especiales para antes o después del masaje. Por estas razones existen muy pocas contraindicaciones para hacerse un masaje, más que todo se refieren a los clientes con enfermedades graves o problemas serios en su piel.
Perfil profesional del masajista
El masajista suele tener ciertas habilidades con las que se desempeña en su área laboral, para así lograr un servicio más completo y destacado, algunas de estas características son las siguientes:
- Buena atención: Un masajista trabaja de forma cercana con los clientes, por lo que se necesita ser empático y procurar el bienestar de la persona.
- Conocimientos del cuerpo: Antes de hacer un masaje, es prácticamente indispensable conocer la diferencia entre los músculos, los tendones y los ligamentos, además de saber cómo trabajar cada una de estas partes del cuerpo.
- Habilidades manuales: Los distintos tipos de fricciones y amasamientos requieren usar las manos de muchas formas, lo que implica conocer cómo ejercer presión en los puntos gatillo o nudos, aparte de dominar las técnicas al realizar movimientos terapéuticos.
- Mantener la tranquilidad: Si un masajista realiza su trabajo apurado o estresado, el cliente lo puede sentir y podría ser complicado llegar a un estado de relajación.
- Ser higiénico: Debido a que el masajista suele utilizar la misma camilla para todos sus clientes (entre otras herramientas de trabajo), debe procurar higienizar todos sus implementos para evitar que se acumulen bacterias y minimizar el riesgo de transmitir enfermedades como el coronavirus.
Consejos profesionales
Si piensas ir a hacerte un masaje, ten presente estas recomendaciones para que puedas conseguir excelentes resultados:
- Escoge un masaje en específico: En caso de que no sepas cuál, puedes consultarle al masajista para que te realice el masaje que más se adapte a lo que necesites.
- Lleva ropa cómoda: Es más probable que te sientas mejor en el masaje si usas ropa flexible y cómoda, aparte de que al masajista se le facilita hacer su trabajo.
- Observa con atención el lugar: Asegúrate de que esté limpio y el ambiente esté tranquilo, sin ruidos ni distracciones.
- Disponibilidad de horario: Sé flexible con la ubicación, los días y horarios en los que esté disponible el masajista.
- Dolor en el cuerpo: Si tienes algún dolor en cierta parte del cuerpo, tienes que decírselo al masajista de manera que no aplique tanta presión allí o realice alguna otra modificación en el servicio para acomodarte mejor.