¿Qué es el Manejo Integrado de Plagas? (MIP)
El manejo integrado de plagas (MIP) es un proceso que combina varias técnicas de tratamiento y control de plagas, con el fin de reducir los efectos nocivos que pueden tener sobre las personas, además de cuidar el medio ambiente. Se puede adaptar a las diversas características de muchos terrenos, como la variedad de plantas, y el clima del terreno donde se vaya a trabajar, entre otros aspectos.
Otro de los objetivos del MIP es controlar los insectos, las plagas y las malezas con el menor gasto posible, aparte de proteger a la naturaleza. En otras palabras, es un enfoque efectivo y amigable con el entorno ambiental.
En Chile se emplea el MIP para proteger los sembradíos de cebollas, tomates, hortalizas y legumbres, debido a que algunas plagas como las moscas y los gusanos suelen dañar algunas siembras. En el país, el Decreto 157 establece las normas que se deben seguir al momento de utilizar pesticidas u otros productos similares.
Las siglas MIP se desglosan en las tres palabras mencionadas al principio (“manejo”, “integrado” y “plagas”), empezando con el manejo porque se toman decisiones y se realiza un seguimiento o control que permite mantener en buenas condiciones los cultivos que puedan existir. Es integrado por la combinación de técnicas que emplea y el último término de las siglas MIP (plagas) busca eliminar cualquier organismo que intente dañar las plantas o los cultivos que puedan existir.
Etapas del MIP
Este procedimiento incluye tres fases bien definidas, las cuales son:
- Prevención: Consiste en aplicar diversas herramientas para que exista biodiversidad en los cultivos junto con los enemigos naturales de las plagas (avispas, mariquitas, entre otros). Además, se busca eliminar los nichos o lugares donde las plagas puedan agruparse y reproducirse, reducir la cantidad de alimento que suelen consumir las plagas y seleccionar cultivos que se puedan adaptar al suelo, al clima, entre otros aspectos. Esta labor también incluye eliminar los residuos de cosechas que puedan estar en el terreno, realizar el riego junto con la fertilización que se necesite y remover los hospederos donde puedan estar alojadas plagas, de manera que se utilice la menor cantidad posible de plaguicidas.
- Observación: Después de la fase de prevención, es momento de tomar decisiones basándose en las medidas preventivas que se deban hacer y el análisis que se haga de la situación actual. En esta etapa se suele trabajar de forma estructurada para poder cuantificar la cantidad de enemigos naturales de las plagas que existen, observar el posible daño que tengan las plantas o los frutos (si es que hay) en pro de calcular cuanto habría que gastar para eliminar la plaga y evitar que reaparezcan en un futuro. Según el costo que se estime junto con el análisis previo, se debe implementar una o varias acciones que ayuden al monitoreo del problema, contribuyan a la prevención de futuras plagas y se tenga una visión más completa del problema.
- Intervención: Esta fase consiste en aplicar diversas medidas que se enfocan en tres tipos de controles que son el cultural, el biológico y el físico, los cuales intentan crear un entorno en el que sea difícil que la plaga exista, al obstaculizar los métodos que utiliza para ubicarse en los sembradíos, cultivos y terrenos. Los tipos de controles mencionados anteriormente abarcan varios detalles que se mencionan a continuación.
Tipos de controles
- Cultural: Procura crear condiciones que sean peligrosas para las plagas, al mismo tiempo que evitan perjudicar a las plantas y al suelo. Para eso se usan diversas trampas y herramientas, aparte de sembrar semillas de calidad en las épocas más apropiadas y rotar los cultivos o colocarlos de forma intercalada para que las plagas no puedan actuar en las plantas existentes, debido a las condiciones adversas (para las plagas) que presenten.
- Biológico: Por medio de este control se promueve la aparición de enemigos naturales que ayudan a minimizar la presencia de plagas como los ácaros e insectos que suelen afectar la agricultura. Si no existen organismos patógenos depredadores de las plagas, es posible colocarlos directamente mediante el uso de técnicas específicas que no pongan en riesgo al especialista y conserven en buen estado el terreno.
- Físico: Como su nombre lo indica, consiste en colocar barreras como mallas u otras protecciones que eviten el acceso de las plagas a las plantas. Asimismo, es importante trabajar el suelo para que no existan restos de siembras antiguas, el terreno tenga un nivel de humedad adecuado y reciba el sol que necesite según sus características.
Como se puede ver, los exterminadores emplean diferentes medidas que forman parte del manejo integrado de plagas (MIP) para mantener sanos los sembradíos, terrenos y cultivos.