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Es común dudar si es mejor un masaje o una sesión de masoterapia, por lo que conocer un poco de ambos servicios puede servir para saber cuál podría resultar más útil dependiendo del caso. La principal diferencia entre el masaje y la masoterapia es que el objetivo de cada actividad es diferente, ya que el masaje suele buscar el relajo de la persona, mientras que la masoterapia generalmente tiene fines terapéuticos (por ejemplo, impulsar la circulación sanguínea).
Otra diferencia es que los masajes los pueden realizar tanto los masajistas como los kinesiólogos, pero la masoterapia solo la pueden aplicar los especialistas en kinesiología. Cabe mencionar que cuando se solicita una terapia con un kinesiólogo, es obligatorio contar con una referencia médica emitida por un doctor.
Aunque en ambos tratamientos el profesional suele mover los músculos y aplicar presión colocando sus manos sobre las zonas a tratar, la forma como se realiza cada terapia suele ser diferente, a como se explica a continuación:
Ya que ninguno de estos servicios es invasivo, no se necesita realizar ningún cuidado especial después del tratamiento, a diferencia de otras terapias físicas que sí requieren seguir ciertas pautas para evitar efectos secundarios.
Es fundamental destacar que sea cual sea el tratamiento que se solicite, siempre se debe buscar a un profesional que tenga la capacitación y la experiencia necesaria para prestar un buen servicio. Tanto los masajes como las masoterapias requieren del uso de técnicas que deben ser aplicadas de la manera correcta, de lo contrario podrían causar daños en la piel del paciente.
Es un tipo de masaje que busca mejorar el funcionamiento del sistema linfático, el cual se encarga de transportar un líquido (la linfa) que suele atacar las bacterias presentes en el torrente sanguíneo. La linfa contiene glóbulos blancos, grasas y proteínas que vienen del sistema digestivo, para luego conectarse con el sistema inmune que se dedica a prevenir enfermedades.
Consiste en realizar movimientos circulares repetitivos en diferentes partes del cuerpo, haciendo presión con los dedos para que la linfa vaya moviéndose de los lugares donde posiblemente esté alojada. En otras palabras, las maniobras de este masaje van hacia los ganglios linfáticos, utilizando las manos para orientar el flujo de la linfa. Vale decir que los movimientos no son dolorosos, puesto a que se hacen con suavidad para despejar las obstrucciones del líquido que puedan existir (la linfa) y tener un efecto relajante sobre el sistema nervioso.
Cabe mencionar que el sistema linfático se compone de varios órganos, vasos sanguíneos y ganglios que tienen como finalidad llevar la linfa hasta la sangre, de manera que se liberen toxinas que puedan estar acumuladas y así mejore la circulación linfática. El drenaje linfático se puede aplicar en prácticamente todo el cuerpo, especialmente en las zonas que presentan edemas o retención de líquidos.
Este tratamiento también se puede ver como una técnica que forma parte de la masoterapia, la cual abarca movimientos lentos sobre la piel, sin hacer fricción, con el fin de que las vías linfáticas se liberen. De esta forma se drenan los residuos provenientes del metabolismo celular.
Cada sesión de un masaje linfático suele durar 30 minutos aproximadamente y le puede ser útil tanto a hombres como a mujeres, independientemente de su edad. Incluso se lo pueden hacer las mujeres embarazadas, siempre que su embarazo se encuentre en los primeros meses.
Hacerse un drenaje linfático suele aportar los siguientes beneficios:
Este tipo de terapia suele ser segura, normalmente no causa efectos secundarios y es indolora (no duele). Después del tratamiento puede que la persona orine más (temporalmente), por la movilización de líquidos que genera este tipo de drenaje.
Existen algunas condiciones que se pueden evaluar antes de aplicar este tratamiento, como en el caso de la hipotensión o el hipertiroidismo, pero a veces el problema de salud es demasiado grave y derechamente está contraindicado el drenaje linfático. Algunas de estas afecciones son:
En estos casos se debe considerar buscar otros tratamientos que pueden servir de ayuda.
Un masaje descontracturante es un tipo de masaje que se utiliza para aliviar la tensión muscular y el dolor en el cuerpo. Se aplica específicamente en las áreas donde se han desarrollado problemas de tensión y rigidez muscular producidos por lo general por una sobrecarga o un esfuerzo excesivo, una mala postura o una lesión. Las contracturas musculares pueden afectar a cualquier músculo del cuerpo, pero son más comunes en la espalda, el cuello y los hombros.
Este tipo de masaje, ofrece una serie de beneficios significativos para el cuerpo. En Chile, esta terapia se ha vuelto cada vez más popular gracias a sus efectos positivos. Entre sus ventajas, destaca su capacidad para aliviar el dolor y la tensión muscular, lo que puede contribuir a mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento. Además, mejora la circulación sanguínea y la oxigenación de los tejidos, lo que favorece la curación y la regeneración celular. No menos importante, el masaje descontracturante puede ser un aliado en la reducción del estrés y la ansiedad, lo que influye positivamente en el bienestar general y la calidad del sueño.
El masaje descontracturante se puede aplicar en cualquier área del cuerpo donde haya tensión muscular y dolor. Sin embargo, como se mencionaba anteriormente, hay algunas áreas del cuerpo que son más comunes para recibir este tipo de masaje, las cuales son:
Es importante mencionar que cualquier beneficio puede variar para cada persona, por lo que es recomendable consultar con un profesional en este tipo de masajes para determinar si son adecuados para su caso.
Un masaje reductivo es un tipo de masaje terapéutico que se realiza con el objetivo de ayudar a reducir la acumulación de grasa y la celulitis en áreas específicas del cuerpo, como el abdomen, los muslos, las caderas y los glúteos.
El masaje reductivo, a diferencia de otros masajes, se hace ejerciendo una fuerte presión y con mayor velocidad. Se utilizan técnicas especiales de deslizamientos, bombeos manuales y presión con nudillos en áreas específicas. Se realiza sobre áreas donde existe una acumulación de tejido adiposo, flacidez y celulitis. Los movimientos van a provocar la circulación y el metabolismo local, así como la reabsorción de grasas.
Este tipo de masajes tienen que hacerse por masajistas profesionales, quienes deben hacer una evaluación completa de la persona que busca este tratamiento para moldear su cuerpo. Es indispensable saber que este tipo de masaje se encuentra contraindicado durante el embarazo. Asimismo, para aquellas personas que padecen trombosis venosa profunda en áreas afectadas por várices, o bien en casos de hipertensión, entre otros.
Es fundamental considerar cualquier aspecto médico crucial antes de someterse a cualquier tipo de masaje, esto con el fin de garantizar la seguridad y el bienestar de la persona en todo momento.