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Una esteticista es una profesional encargada de llevar a cabo diversos tipos de tratamientos faciales y corporales no invasivos, con un propósito no solo cosmético, sino también enfocado en el cuidado de la salud. En general, los métodos que emplean estos profesionales son los siguientes:
Por lo general, una esteticista facial ofrece sus servicios en centros de estética o salones de belleza, aunque también puede trabajar de manera independiente.
Al buscar una esteticista facial es importante conocer los estudios que tienen, ya que no son tratamientos simples. De hecho, hay institutos y escuelas enfocadas en sacar a profesionales con una mayor cantidad de estudio. Estos programas incluyen materias como faciales, corporales, cuidado de la piel, cosmetología y fisiología, que son los principales certificados que se pueden obtener.
La hidratación facial es un procedimiento que ayuda a retrasar las arrugas, la opacidad, combatir la falta de brillo y mantener la piel humectada, generando efectos positivos en la cara. Este tratamiento consiste en lograr una mayor proporción de agua en la piel y el aumento de formación de colágeno, fibras elásticas y reticulares a través de distintas técnicas básicas que ayudan al rejuvenecimiento del cliente.
Algunas de las técnicas empleadas para lograr este objetivo incluyen la aplicación de sueros hidratantes de alta calidad, que proporcionan una hidratación profunda y nutren la piel. Además, se utilizan métodos como la terapia de microagujas, donde diminutas agujas estimulan la producción de colágeno y elastina, mejorando la textura y firmeza de la piel. De igual manera, se suelen usar tratamientos de luz pulsada intensa (IPL) para mejorar el tono y abordar manchas. En conjunto, estas técnicas no solo rejuvenecen la apariencia, sino que también benefician la salud general de la piel a largo plazo.
Para saber qué productos utilizar es importante saber que tipo de piel es la que tienes, esta información te la da una especialista en el salón de belleza o si consultaste por una ida al domicilio. Los tipos de piel son: piel seca, normal, mixta y grasa.
En caso de tener la piel deshidratada, los productos más empleados por los especialistas son el ácido hialurónico, colágeno, vitamina C, proteínas de seda, proteoglicanos, entre otros. Es necesario saber que este tratamiento también tiene en cuenta la alimentación y la luz solar del día, ya que ambos pueden suponer un problema a la hidratación de la piel.
Una limpieza facial es una rutina imprescindible que debes llevar a cabo para mantener la higiene de la piel del rostro. La contaminación ambiental, la suciedad, el maquillaje o el estrés son factores que pueden hacer que pierda frescura, luminosidad y vitalidad.
Por otro lado, está la limpieza facial profunda, la cual es un procedimiento que sirve para eliminar los puntos negros, las espinillas y otras impurezas que puedan existir en tu rostro. Este proceso es llevado a cabo por un especialista. Ten en cuenta que el polvo, la luz solar y la contaminación pueden afectar tu cutis, causando que se obstruyan los poros de la cara y surjan manchas, espinillas o pústulas, aparte de acné u otras enfermedades de la piel del rostro.
Cada sesión dura aproximadamente 1 hora y se adapta para cada tipo de piel, ya sea seca, grasa, mixta o sensible. Se recomienda que tanto hombres como mujeres soliciten este servicio al menos 1 vez al mes, aunque la frecuencia puede variar dependiendo de las características de cada persona (por ejemplo, los adolescentes que estén pasando por cambios hormonales podrían hacerse varias limpiezas faciales profundas al mes).
Cuando un esteticista realiza una limpieza facial profunda, generalmente sigue un orden específico, debido a que es importante preparar la piel para la eliminación de las impurezas, además de hidratar y proteger la piel del rostro antes de aplicar un sellador justo antes de finalizar el trabajo, el orden generalmente es el siguiente:
Cabe mencionar que el orden de estas actividades puede variar según la forma de trabajar de cada esteticista, aparte de que algunos podrían incluir otras fases dentro de la limpieza facial profunda. Ten en cuenta que el procedimiento generalmente no duele, lo que sí se puede sentir son unas molestias leves a medida que extraen los puntos negros y las espinillas.
Después de hacerse una limpieza facial, se pueden percibir varios beneficios en el cutis, entre los que se encuentran:
Dependiendo de cada esteticista, es probable que el servicio incluya otros beneficios además de los antes mencionados.
Por lo general, los centros de estética en los que realizan este tipo de procedimientos tienen muy buenas medidas de higiene, debido a que es necesario que sus equipos e instalaciones estén desinfectados para realizar estos tratamientos de forma segura. Sin embargo, ahora que estamos en tiempos de pandemia, debes fijarte que el esteticista que te vaya a atender cuente con el material de protección adecuado como el tapabocas y si es posible, una máscara facial.
En caso de que quieras una limpieza facial a domicilio, procura que el esteticista o cosmetólogo que vaya a tu casa, cumpla con las mismas medidas, además de que deberías leer las opiniones que tenga, con el fin de escoger al esteticista mejor capacitado y con experiencia en personas con tipos de piel o problemas estéticos parecidos a los que puedas tener.
Si bien puedes hacerte una limpieza facial en tu casa, lo más seguro es que los resultados que consigas no sean iguales a los que puede ofrecerte un esteticista o cosmetólogo, ya que él seguramente sabrá las técnicas que debe utilizar y tendrá cuidado de no lastimar la piel, además de asesorarte para mantener los resultados por el mayor tiempo posible.
Un peeling facial es un tratamiento estético que sirve para remover las células muertas de la piel mediante el uso de productos químicos como exfoliantes, antisépticos o aparatos especiales, dependiendo del tipo de peeling. Este procedimiento se puede parecer un poco a la limpieza facial, pero el proceso es distinto porque el peeling se enfoca en exfoliar la piel, mientras que la limpieza facial se concentra en limpiar por completo la piel del rostro.
El objetivo de este tratamiento es ayudar a regenerar la piel del cutis, disimular las arrugas que puedan existir, lograr que el rostro tenga una textura uniforme, eliminar manchas o cicatrices y renovar la apariencia de la cara al hacer que se vea más luminosa, a diferencia de una limpieza facial que se encarga principalmente de limpiar la piel del rostro sin eliminar manchas. Por estas razones se busca descamar la piel del rostro para trabajar las diferentes capas del cutis.
Aunque existen productos en el mercado que permiten hacerse un peeling en casa, lo ideal es que un esteticista lo haga, debido a que casi siempre él tiene los conocimientos necesarios para realizar este procedimiento correctamente. Cada sesión dura media hora aproximadamente y si se necesita otra adicional, es posible esperar 2 semanas para que la piel tenga una buena recuperación.
En general existen 3 tipos de peelings, el químico, el mecánico y el ultrasónico:
Toma en cuenta que cada uno de estos tipos de peelings se aplica de manera diferente y a pesar de tener la misma función pueden tener resultados distintos según tu tipo de piel. Además, es posible que el esteticista o cosmetólogo trabaje a nivel superficial, medio o profundo, dependiendo de lo que él necesite tratar en tu rostro (marcas, arrugas leves o profundas, manchas, entre otros).
Este procedimiento tiene muchos beneficios para tu cutis, entre los que se encuentran:
Es importante cuidarse del sol después de hacer un peeling, debido a que los rayos solares podrían revertir los efectos del tratamiento y afectar las capas de la piel, ya que esta queda descamada después del peeling. Asimismo, hay que tener en cuenta que los cambios obtenidos suelen ser temporales y no impiden el envejecimiento de la piel.
Por otra parte, es bueno hacerse una limpieza facial profunda antes de realizarse un peeling, de manera que el cutis esté en perfecto estado y pueda responder de la mejor forma posible al peeling.
Recuerda que no es recomendable que te hagas un peeling por tu cuenta, ya que si no se hace correctamente puede ocasionar daños que podrían llegar a ser permanentes. Lo mejor es que contactes a un esteticista o cosmetólogo, puesto que él es un profesional que seguramente tiene mucha experiencia haciendo peelings a diferentes personas y puede saber aplicar el tipo de peeling que necesitas según las características de tu rostro.
Un rejuvenecimiento facial es un procedimiento estético que tiene como objetivo atenuar o disminuir las líneas de expresión, las cicatrices y cualquier otra imperfección de la cara, con el fin de que tengas un rostro rejuvenecido. Además, te puede servir para tratar ciertas lesiones de piel como la rosácea y eliminar tatuajes o hacer que se vean menos.
Un esteticista suele utilizar diversas técnicas según el tipo de piel que tengas, el estado en el que se encuentre tu cara y si tienes arrugas, cicatrices u otros tipos de lesiones. Puede que algunas partes de tu rostro presenten hiperpigmentación, acné o se noten mucho algunas líneas de la frente, así que tomando en cuenta la evaluación que haga el esteticista, seguramente él va a decirte cuáles son los procedimientos que puede realizar en tu rostro.
Este servicio se puede efectuar con láser para hacer que se vean menos lesiones pigmentarias y otras afecciones como la rosácea, aparte de promover la producción de colágeno en el cutis, facilitando así el tensado de la piel del rostro. También es posible aplicar bioestimulación en la cara con plasma que se obtiene de la sangre del cliente, hacer mesoterapia e inyectar bótox o ácido hialurónico, dependiendo de lo que necesite la persona.
En el caso de las arrugas, una opción es rellenarlas con rellenos faciales o utilizar otro producto que el esteticista considere conveniente. Si el problema es que tu cara se ve flácida o no tiene firmeza, es probable que se le aplique radiofrecuencia para tensar los pliegues del rostro que estén débiles y así lograr que se vean rejuvenecidos.
Algunos de los beneficios que puede ofrecer un rejuvenecimiento facial son:
Es importante tener claro que no todas las personas ven el efecto del tratamiento al mismo tiempo, ni de la misma manera. Es decir, puede que a ciertas personas casi no se les note las arrugas, mientras que a otras sí se les vea un poco más, ya que esto depende de las características del rostro de cada quien y de la experiencia del esteticista.
Este tipo de tratamiento está recomendado para las personas mayores, siempre y cuando no tengan enfermedades que puedan empeorar con el rejuvenecimiento facial. Antes de realizar el procedimiento, el esteticista suele hacer un diagnóstico del rostro de la persona para saber si su piel puede responder adecuadamente al rejuvenecimiento facial.
Asimismo, las mujeres embarazadas o que tengan hijos que estén amamantando no deben hacerse este procedimiento. A nivel general, cualquier persona que esté recuperándose de una enfermedad o esté bajo tratamiento con medicinas tiene que consultar con su médico antes de hacerse un rejuvenecimiento facial.
La radiofrecuencia facial es un tratamiento estético realizado por un profesional que utiliza una fuente de calor de 40 °C o más para estimular la piel, generando nuevas fibras de colágeno, mejorando la calidad y elasticidad de la piel, corrigiendo las líneas de expresión como también las arrugas, mejorando la hidratación y firmeza del rostro.
Este proceso también aumenta la circulación sanguínea y mantiene la piel firme, rejuvenecida y oxigenada, siendo una forma segura, duradera para combatir la flacidez del rostro sin producir dolor al cliente. Debe ser siempre efectuada por un especialista en el área de radiofrecuencia facial.
La radiofrecuencia facial tiene zonas específicas en donde el especialista puede trabajar, estas son alrededor de los ojos, de la boca, frente, pómulos, mentón y papada, que son partes donde la piel tiende a ser más flácida y en donde surgen arrugas y líneas de expresión.
Por lo general, para este tratamiento se indica la realización de al menos 3 sesiones, las cuales deben hacerse con un intervalo de 15 a 30 días. Después de completarlas, el especialista llevará a cabo una revisión general.